Extracto:La caída del hidrocarburo tomó a muchos desprevenidos en un inicio, pensaron que se trataba de una simple “corrección” en el precio
El precio de los precios del petróleo sigue a la baja y parece que la trayectoria negativa se mantendrá por un tiempo, incluso ahora la pregunta en el mercado petrolero y financiero en general es ¿hasta dónde caerá?
El petróleo Brent cayó en torno a un 2% en la penúltima sesión de esta semana, hasta la zona de 66.8 dólares por barril, en el que es su sexto día consecutivo de descensos. Aun así, el crudo de referencia en Europa todavía tiene una ganancia de 29% en lo que va de año. Su nivel máximo del año es de 77.16 dólares alcanzado apenas el pasado 5 de julio.
Por otro lado, los futuros de West Texas Intermediate (WTI) cayeron alrededor de un 2.2% en la sesión del jueves y se situaron en la zona de 64 dólares por barril, en el que también es su sexto día de caídas. En este caso, el crudo estadounidense acumula una rentabilidad anual del 32%.
Apenas una semana después de que la Casa Blanca apelara a la OPEP+ a que aumentase la producción de petróleo más rápido, el grupo podría estar considerando una ruta muy diferente.
Con los precios del crudo cayendo a su nivel más bajo en tres meses conforme el resurgimiento de la pandemia erosiona la demanda, analistas dicen que el cártel debería pausar su planificado aumento de la producción. El grupo OPEP+ tiene previsto reunirse el 1 de septiembre.
Todo apunta a que la situación de sobreproducción de crudo podría empeorar en los próximos meses, algo que está castigando a los precios, que ya caen casi 15%, en el caso del Brent desde los máximos del año que se tocaron el pasado mes de julio, como comentamos anteriormente.
Las caídas que se produjeron sólo en la sesión del jueves 19 de agosto llegaron a ser del 3.90% para el brent, aunque, a media sesión de la bolsa estadounidense, las caídas se suavizaron hasta el nivel de 3.20%.

Pese a la ganan cia acumulada que todavía tiene el precio del petróleo, no quita que el panorama no sea demasiado alentador, teniendo en cuenta la actualidad de los últimos días.
El miedo a la desaceleración económica, una vez que los bancos centrales empiecen a retirar sus estímulos, es uno de los factores que parece haber pesado más sobre el petróleo en las últimas horas.
En este sentido, las actas de la última reunión de la Reserva Federal estadounidense han dejado la sensación de que el inicio de la retirada de las compras de deuda está más cerca de lo que se estimaba hasta ahora.
Sin una Fed que siga manteniendo el pie en el acelerador a fondo, la desaceleración en el crecimiento económico puede ser más aguda, y el crudo, como uno de los activos más cíclicos del mercado, lo está sufriendo.
En las últimas semanas, el precio del energético ya mostraba señales de debilidad, a medida que la variante Delta de Covid-19 se expandía por Asia, con China, uno de los mayores consumidores del planeta de crudo, volviendo a tener contagios y tomando medidas para evitar su propagación.
Los datos macroeconómicos de producción industrial en julio, y de ventas al por menor, han sido peores de lo previsto en el gigante asiático, algo que ha confirmado los temores de que pueda producirse una ralentización en el crecimiento de la demanda de petróleo.
Por la parte de la oferta, la situación tampoco es nada positiva para los indicadores alcistas, teniendo en cuenta que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios externos acordaron volver a abrir la llave de la producción.
Con más oferta por parte del cártel, el equilibrio producción / demanda se verá más deteriorado. Si bien es arriesgado fijar un nivel de soporte o piso del mercado, lo peor que puede suceder es que baje la cotización todavía un 29% adicional, es decir hasta 46.86 unidades. De llegar ahí, las condiciones para mercados y economía podrían cambiar, y serían para mal.