
El Banco de Japón (BoJ) ha iniciado este jueves su reunión mensual sobre política monetaria con la vista en un modesto repunte inflacionario en el país y el impacto económico de la invasión rusa en Ucrania.
La entidad financiera podría mantener sin cambios su amplia política de flexibilización monetaria, debido a un modesto repunte inflacionario anotado en los últimos meses en el país y ante la incertidumbre que provoca la guerra y su impacto global, según adelantaron analistas locales y recogen los medios.
Se espera que el BoJ, al término de una reunión de dos jornadas que culmina este viernes, mantenga como hasta ahora los tipos de interés a corto plazo en un 0,1 % negativo y el rendimiento de bonos del estado a 10 años en torno al interés cero, además de sus medidas de ayuda a la economía real tras la pandemia.
El índice de precios de consumo (IPC) subió en Japón un 0,2 % el pasado febrero, un quinto mes consecutivo en aumento del indicador según datos oficiales y principalmente debido al encarecimiento de la energía, pero todavía lejos de la meta del 2 % perseguida por el BoJ.
La política monetaria del BoJ contrastaría con la de la Reserva Federal estadounidense (Fed), que ayer anunció su primera subida de tipos de interés desde 2018 y apuntó a más alzas para combatir la inflación, que prevé del 4,3 % en 2022 % en Estados Unidos, frente al 1,1 % previsto por Japón.
El yen cayó este mismo jueves a su mínimo de los últimos seis años frente al dólar estadounidense, lo que podría derivar en un aumento del coste de las importaciones, al mismo tiempo que prevalece el temor al encarecimiento continuo de la energía ante las sanciones internacionales a Rusia por su invasión a Ucrania.
Finalmente, en su informe de previsiones del pasado enero, el BoJ apuntaba a una revitalización económica, debido a la mejora de la actividad manufacturera y de los servicios tras la pandemia y que podría tomar nuevo impulso tras el levantamiento de las restricciones por la covid-19 en el archipiélago el próximo lunes.